miércoles, 9 de mayo de 2012

Estructuras jerarquizadas, pérdidas y aciertos

Para crear nuevas y consolidadas estructuras de Branding que puedan soportar la creación de Equipos de trabajo de alto rendimiento debemos saber de donde venimos y hacia donde vamos. Que aciertos y errores nacen de la aplicación de diversas estrategias en el pasado y como podemos implementar soluciones que nos ayuden a obtener diferentes resultados en un futuro inmediato. La Idea de Brand Team Building puede parecer incluso utópica pero no deja de plantear un cambio de producción eficaz ante uno que exige un nivel de control que requiere de inversiones demasiado grandes para que puedan seguir efectuándose.

Cuando una persona ingresa, en un grupo de trabajo, se está incorporando a una estructura de roles que se gestionan o tiene un funcionamiento establecido, de igual manera, asume un espacio en el posicionamiento jerárquico que ya está dibujado. La relevancia o no de las capacidades y habilidades que puede aportar al grupo son implementadas o no, en función de la rigidez de la estructura a la que se incorpora. Una estructura rígida en extremo, difícilmente terminará siendo consciente de los beneficios que puede aportar un empleado, si simplemente, se da por satisfecha con el cumplimiento de la tarea asignada.

El empleado recién incorporado suele encontrarse con grupos de trabajo que asumen consignas sin ser cuestionadas o enriquecidas con la información acumulada a través de la experiencia y es capaz de percibir con una claridad absolutamente nítida las incoherencias que se trasladan al trato con el cliente en todos los puntos de encuentro debido a las miles de estrategias contradictorias que solo saben sobrevivir en un ambiente de competitividad mal sana que es potenciado a límites inimaginables. El valor que cada miembro de los equipos que gestionamos en nuestro modelo de negocio pasa desapercibido de forma constante y la habilidad para aportar soluciones enriqueciendo las estrategias del proyecto empresarial, más la información que recibe, nunca es tomada en cuenta y tiende a desdibujarse en líneas que pierden completamente la capacidad de dar respuestas a un mercado en pleno movimiento.
Recién llegado, uno es capaz de percibir la lucha fraticida a la que se ven abocados a participar todos los departamentos que luchan entre si y además, puede sentir que incluso dentro del mismo grupo de trabajo ya persiste una división en subgrupos donde se reproduce en mal que aqueja a toda la estructura. Las actitudes negativas que crean acciones y situaciones de hostilidad máxima en el interior del grupo, no es más que un reflejo de la imagen que, en realidad da, el modelo de negocio en todos los puntos de encuentro.

El hábito de creer que la modalidad de incentivos supera a la estrategia de motivación y al esfuerzo por crear espacios de trabajo donde la creatividad fluya y donde el talento sea la premisa fundamental que se convierte en motor de trabajo rutinario, capaz de defender una Imagen de Marca, como modelo de negocio cohesionado que manifiesta una intención clara de servicio a los grupos interesados en el, suele ser el argumento esgrimido como el mayor obstáculo para acometer la posiblidad de trabajar en sistemas que no reproducen las cadenas de montaje. Quizá el incentivo promueva la productividad  pero, por el camino, pierdes en coherencia y la agresividad que provoca en el entorno se hace de tal magnitud que eres capaz de percibirla hasta en el más mínimo contacto con el grupo interesado con quien tienes contacto en ese momento, y provoca una desviación lo suficientemente grande como para generar problemas que otro departamento deberá salvar en un futuro inmediato.

Sin embargo, si no incentivas a la producción, el desanimo puede hacer mella perjudicando con ella la producción que parte de una tarea mecánica y carente de sentido real, puede ser entonces que el incentivo sea un factor positivo, en el que se refleja la iniciativa y el trabajo realizado, pero siempre de una forma parcial. En el caso contrario, y apostando solo por esa práctica, lo que realmente conseguiremos es el de alimentar un profundo sentimiento de insatisfacción y descontentos, que se podrá leer en la perdida de objetivos a los que se llega a duras penas.

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