miércoles, 13 de noviembre de 2013

Un aprendizaje global, si se buscan Embajadores de Marcas



Producción entendida como generadora de Valor Funcional, Valor Emocional y Valor de Responsabilidad Social Corporativa, implica cambiar, de forma radical, la forma de entender la formación.

Reconducir toda la estructura para que pueda aparecer, en ella, individuos y equipos de trabajo que produzcan todos estos valores levantando la Reputación necesaria para permanecer en los mercados, precisa de una vuelta de tuerca que, aunque parezca lo contrario, nada tiene que ver con el carácter ideológico que divide a los modelos de negocio en España, entre trabajadores y empresarios que aún viven en la creencia de estar en plena Era Industrial.

No hay valor de Responsabilidad Social Corporativa que pueda ser levantado desde esa batalla interna que se ha prolongado, a lo largo, del tiempo, en nuestra sociedad, mientras que el Valor Emocional se convierte en una visión utópica de imposible consecución en esas mismas estructuras, formas de pensamiento y tratamiento de conflictos, anclados en los hábitos que promocionan la Cultura del miedo, como la única forma de funcionamiento.

Formación lineal de contenidos, es la tendencia más común en todos los departamentos de RRHH que conocemos. Contenidos, además, que en principio, pasan por mantenerse en la consecución del único objetivo de lograr la ejecución perfecta de la tarea atribuida al Valor Funcional, de una forma rápida, mientras logra encontrar la forma de negar los problemas, encontrando la "justificación" que beneficie a la empresa, en una negociación donde quien se relaciona con ella, solo puede perder.

Desde esta perspectiva, el Valor Emocional y el Valor de RSC, no dejan de ser más que unos objetivos, de implantación nula o imposible, de la misma forma que son, en apariencia, innecesarios.

Una formación global que provoque la aparición de estos dos valores codiciados en los mercados internacionales, implica directamente pensar en los trabajadores, como entidades con capacidad para desarrollar su tarea sobre el Valor Funcional, ampliando la responsabilidad hasta generar Valor Emocional y Valor de RSC

La riqueza que el concepto de juego aporta a la formación, es altamente valorado por los equipos artísticos donde, el Valor Funcional, siempre estuvo atado a Valor emocional y que termina comprometiendo a sus miembros hasta el límite donde se construye Valor de Responsabilidad Social Corporativa.

Los juegos, están presentes durante todo nuestro crecimiento. Cuando el aprendizaje está motivado, a través de el, el aspecto lúdico consigue imprimir a la formación con mayor rapidez, mientras los conocimientos se acoplan a los individuos como sellos de difícil olvido.

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